viernes, 24 de abril de 2009

La Palabra de Dios

LA PALABRA DE DIOS

En muchos de los servicios religiosos a los que asisto, veo tantas cosas hermosas que hacen los ángeles. Los ángeles, en realidad, son espíritus ministradores del Señor enviados para servir a los herederos de salvación (véase Hebreos 1:13-14).

Una vez vi profetizar a un ministro. Según él profetizaba, Dios abrió mis ojos para ver a un ángel encima de su cabeza. El ángel vertía sobre él, de un cuerno, lo que parecía aceite mezclado con fuego.

Luego tuve una visión del corazón del hombre. Estaba lleno de la Biblia, la Palabra de Dios. Parecía como si la Palabra surgiera de su corazón, pasara por su garganta y saliera por su boca.

Yo podía ver la Palabra según salía por su boca. Al salir al aire parecía convertirse en una espada de dos filos.

Otro ángel registraba lo que el hombre de Dios decía.

Pensé: “Oh, Dios, esta es tu Palabra genuina que sale hacia las personas.”
Entonces ví a uno de los ángeles que sostenía las Sagradas Escrituras. Según el hombre empezaba a predicar la Palabra viva de Dios, parecía como si las palabras saltaran de las páginas de la Biblia, pasaran a su corazón y salieran por su boca. Según sucedía esto, las palabras de la Biblia se convertían en una espada de dos filos.

Según el ministro oraba por los enfermos o afligidos por dolencias, parecía que el Señor me permitía ver una mancha oscura en un pulmón, una pierna, un corazón, o dondequiera que estuviera el achaque. La espada de la Palabra iba al lugar afectado del cuerpo y se empezaría a concentrar calor alrededor de él.

Muchas veces, cuando se ora por las personas para que sean sanadas, ellas dicen: “Oh, siento el calor del Espíritu.”

Se me permitió ver espiritualmente cómo se quemaba realmente la enfermedad para eliminarla del cuerpo de una persona. Fue tan hermoso el modo en que empezó a funcionar la revelación de la Palabra de Dios. Cuando ví que empezaban a crecer piel nueva y células nuevas en sustitución de las viejas, empecé a alabar al Señor.

Más tarde, al hablar con algunos de ellos, me dije ron: “Fui milagrosamente sanado ese día.”

Aquí en la tierra vemos solamente en parte y sabemos solamente en parte. Vemos y sabemos solamente lo que Dios permite. Lo que ví fue sólo lo que Dios me permitió ver y le doy toda la gloria y honra a Él.

CERCA DEL TRONO
Comencé a ver la importancia y la necesidad de profetas en el mundo de hoy tanto como en los tiempos bíblicos. Empecé a ver la importancia de todos los cinco ministerios que se mencionan en Efesios:

(Efesios 4:11-12)11 Yél mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros,
12 a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,

Percibí cuán importante es cada uno de ellos en el cuerpo de Cristo.

La Biblia nos dice que podemos “ pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16). La Palabra nos asegura que tenemos “libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo” (Hebreos 10:19), porque “ todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión” (Hebreos 9:22).

Amigos míos, yo puedo testificar que esto es cierto. La sangre de Jesucristo es la que hace expiación del alma. Su Palabra y su sangre obran juntas en la gracia.

UNA AYUDA MUY PRESENTE

¿Cuántas veces tenemos grandes necesidades? Padecemos enfermedades en nuestro cuerpo. Atravesamos angustias. Pasamos por un divorcio. Uno de nuestros seres queridos ha muerto. Un hijo se nos ha ido al mundo. Parece como que no nos llega ningún dinero y necesitamos ayuda. En tiempos como ésos acudimos confiadamente al trono de Dios y oramos: “Dios, necesito tu ayuda.”

En las visiones que Dios me dió de escenas en la tierra, cada vez que los creyentes clamaban al Señor para que los ayudara, la Palabra de Dios estaba presente. En una de ellas un ángel tenía una enorme Biblia en las manos. Entonces vi que el ángel abrió la Palabra de Dios y se la lanzó en el rostro a Satanás. El diablo estaba allí en forma de espíritu malo o de serpiente. Cuando el ángel abrió las Sagradas Escrituras, el diablo cayó literalmente hacia atrás, gritando, por que sabía que el ángel estaba utilizando contra él la espada de dos filos.

Ahora bien, necesito decirles que las cosas que veía en mi espíritu no eran siempre acontecimientos dentro de la iglesia que estaba yo visitando en el momento.
Yo veía cosas en mi espíritu que podían estar ocurriendo a kilómetros de distancia. A veces no sabía dónde o cuándo estaban teniendo lugar.

Gracias a Dios, Jesucristo derrotó a satanás de una una vez y para siempre en la cruz para que nosotros podamos tener libertad y vida. Podemos ahora acercarnos confiadamente al trono de la gracia dondequiera que estemos.

UNCIÓN Y SANIDADES

La misericordia y la gracia de Dios son reales y están presentes para sanar toda enfermedad y dolencia por medio de sus Sagradas Escrituras. Quiero que usted se anime en la Palabra de Dios hoy.

Si tiene alguna necesidad, acuda confiadamente al trono de la gracia y pídale a Dios que lo ayude. Los ángeles de Dios son “ espíritus ministradores, en viados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?” (Hebreos 1:14).

Soy consciente de ello, basada en la Escritura, y lo creo. Además, lo sé a ciencia cierta. Lo he visto muchas veces en el ámbito espiritual. Cuando clamamos al Señor, Él envía ángeles para ayudarnos con el poder y la potencia de su Palabra y de su Espíritu.

Cuando en un servicio religioso se han echado fuera demonios de alguien, he visto que los espíritus malos salen como oscuras sombras o apariciones. Cuando se ha invocado el nombre de Jesús, he visto que los ángeles toman a ese espíritu malo y lo atan con una cadena. Al verlo, he pensado: “Dios, qué hermoso es que tu Palabra libra de los poderes malignos a estos endemoniados.”

Es la Palabra del Señor la que obra. Es la Palabra de Jesucristo. Solamente en su nombre —el de Cristo— es que esto funciona.

Recurra al nombre de Jesucristo. Él lo salvará. Lo hará una nueva criatura, lo librara de sus pecados y le dará un hogar eterno en el cielo.

EL PODER DE LA PALABRA

Una vez estuve en el país de Malasia. La gente tenía mucha hambre del Señor y supe, mediante la presencia de Dios, que allí habría un poderoso movimiento del Señor. Conforme la gloria de Dios empezó a caer sobre nosotros, fue como la lluvia.

El Espíritu Santo se movió en medio nuestro y se convirtieron muchas personas., cuando los individuos aceptaban al Señor, caían de sus asientos. Muchas almas fueron liberadas al ser tocadas por el poder del Señor. ¡Oh, el gozo y la presencia de Dios que bajaron del cielo! Se predicaba la Palabra de Dios y la gente resultaba liberada.

¡Cuánta hambre de Dios tenía la gente! Querían nacer de nuevo y pedirle a Jesucristo que entrara en el corazón de ellos. El poder de la Palabra de Dios es increíble.

COMIDA PARA EL PENSAMIENTO

He aquí otro pasaje bíblico en el que me gustaría que usted medite:

(Éxodo 14:19-20)19 Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas, 20 e iba entre el campamento de los egipcios y el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche nunca se acercaron los unos a los otros.

Hijos de Dios, ¿no saben que Él quiere hacer milagros hoy lo mismo que los hizo ayer? Por alguna razón hemos estado eliminando los beneficios que Dios ha provisto para nosotros. Hemos estado descuidando todas las cosas hermosas de Dios.

Por nuestros países pululan adivinos y toda clase de brujos y de hechiceros. Ellos hablan al hambre que hay en el corazón de la gente. Las personas buscan consejo y dirección para su vida de todas las fuentes.

Sin embargo, les digo que Dios es real y verdadero. Él no quiere que sigamos en pos de los adivinos. No quiere ver en el mundo los males de la brujería y del ocultismo.
Dios habla en su Palabra contra el ocultismo y contra los que buscan a los espíritus familiares:
(Levítico 19:31)31 No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos.
Yo Jehová vuestro Dios.

Es muy pecaminoso y muy equivocado acudir a los médiums y a los adivinos en busca de ayuda y de orientación. En cambio, los ángeles de Dios son reales y son enviados a ministramos a los que somos herederos de salvación.

(Salmo 91:11)11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.

(Isaías 63:9)9 En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó; en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los días de la antigüedad.

(Daniel 3:28)28 Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron el edicto del rey, y entre garon sus cuerpos antes que servir y adorar a otro dios que su Dios.

TROPAS DE ÁNGELES

Cuando el Señor Jesús me dió una revelación del infierno, pude ver con mis ojos espirituales que por todas partes del cielo alrededor de mi casa estaba escrita la Palabra de Dios.

Alrededor y afuera de mi casa había una gran concentración de ángeles. Algunos estaban sentados, hablando entre sí. Otro grupo se veía con mucha autoridad y parecía que estaban vigilando. Los ángeles del tercer grupo alrededor de la casa estaban ala con ala con sus espaldas hacia mi casa.

¡Este último grupo se componía de los ángeles de mayor estatura y parecían todos guerreros! Cada uno tenía una espada grande a su costado. Si siquiera una sombra oscura intentaba arrastrarse hacia mi casa, sacaban su espada y defendían a mi familia.
Recuerden que “ espada del Espíritu [ es la palabra de Dios” (Efesios 6:17). La Palabra salía ardiendo e iba contra en el enemigo. Éste terminaba calcinado y convertido en cenizas.

Acudió a mi mente la Escritura: “ malos [ serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies” (Mala quías 4:3).

Ver constantemente la Palabra de Dios en acción me asombraba.
Cuando Dios envió su Palabra, los ángeles libraron de la prisión a Pedro:

(Hechos 12:7-11)
7 Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.
8 dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme.
9 Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión.
1 pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma;y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él. 11 Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba.

LOS ÁNGELES Y LA PALABRA

Tenemos muchos pasajes bíblicos en los que ángeles se les aparecieron a hombres. Algunos ejemplos adicionales son:

(Mateo 1:20)
20 Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.

(Números 22:31)
31 Entonces Jehová abrió los ojos de Balaam, y vio al ángel de Jehová que estaba en el camino, y tenía su espada desnuda en su mano. Y Balaam hizo reverencia, y se inclinó sobre su rostro.
(Génesis 32:1)1 Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios.
(Juan 20:12)12 y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto.
(Hechos 8:26)
26 Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que descien de de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.
(Hechos 27:23)
23 Porque esta noche ha estado conmigo [ el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo.
Como cristianos necesitamos comprender cuánta protección tenemos. Debemos entender que Dios lo ha proporcionado todo para nosotros en su Palabra santa. Cuando necesitamos ayuda, podemos ir a Él confiadamente en el momento de necesidad. En el trono de la gracia, en el nombre de Jesucristo, le pedimos ayuda.
Cuando usted y yo pedimos ayuda, El siempre la da. Le encanta ayudarnos conforme guardamos sus mandamientos y lo servimos.

VIENE UN MUNDO NUEVO

ID muchos días después de mi estancia final
En el infierno estuve desesperadamente enferma. Tenía que dormir con las luces encendidas. Necesitaba la Biblia a mi lado en todo momento y la leía constantemente. Mi alma había sufrido un fuerte impacto. Yo Había experimentado parte de lo que sufren los perdidos cuando van al infierno.

Jesús me decía: “Calla, enmudece” (Marcos 4:39), y la paz inundaba mi alma. No obstante, dentro de pocos minutos volvía yo a gritar, histérica con miedo.
Durante esa etapa, sabía que nunca estaba sola y que Jesús siempre estaba presente. Sin embargo, incluso con ese conocimiento, a veces no podía sentir su presencia. A menudo tenía tanto miedo de tener que volver al infierno que hasta sentía temor de que Jesús estuviera cerca de mí.

Cuando intentaba contarles a los demás acerca de mis experiencias en el infierno, no me escuchaban. Les rogaba: “Por favor, arrepiéntanse de sus pecados antes de que sea demasiado tarde.” Era difícil que ninguno de ellos creyera tanto lo que les contaba del tormento que yo había sufrido, como que Jesús me había dicho que escribiera acerca del infierno.

El Señor me volvió a asegurar de que Él es el Dios que sana. Aunque no quedé convencida de que algún día me recuperaría del todo, sí llegué a sanar paulatinamente por completo.

PARAISO DE PAZ

Y entonces volvió a suceder. De nuevo me hallé junto al Señor Jesús, y nos elevamos a gran altura... hacia el cielo.

Jesús Me dijo: “Quiero mostrarte el amor y la bondad de Dios y porciones del cielo. Deseo que veas las maravillosas obras del Señor, que son tan hermosas de contemplar.”

Un ángel vino a nuestro encuentro y me dijo: “Mira la bondad del Señor tu Dios. Su misericordia permanece para siempre.”

Había tal sensación de amor y ternura alrededor del ángel que yo estaba a punto de llorar cuando de nuevo me habló: “Contempla el poder, fuerza y majes tad de Dios. Déjame mostrarte el lugar que Él ha crea do para los niños.”
De repente, un gran planeta emergió ante nosotros, uno que parecía ser tan grande como la tierra.

(Apocalipsis 21:1-2)1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

Lo siguiente que oí fue la voz del Padre que dijo:

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno. El Padre y el Hijo son uno, y el Padre y el Espíritu Santo son uno. Envié a mi Hijo a morir en una cruz para que nadie tenga que perderse.

En breve voy a mostrarte el lugar que he hecho para mis niños. Me interesan en gran manera todos los niños. Me interesa cuando una madre pierde a un hijo, incluso cuando el fruto del vientre es echado antes de su tiempo. Sabes, conozco todas las cosas y sí me interesa.

Desde el momento en que hay vida en el vientre, Yo me entero. Sé de los bebés que son asesinados mientras están todavía dentro del cuerpo de su madre... las vidas abortadas que son desechadas e indeseadas. Sé de las criaturas que nacen muertas y de las que nacen con defectos paralizantes. A partir del momento de su concepción, cada una de ellas es un alma.

Mis ángeles bajan y me traen a los niños cuando mueren. En el cielo se les ama y se convierten en seres perfectos. Les doy cuerpos sanos y restituyo cualquier miembro que hayan perdido. Les doy cuerpos perfeccionados.

Por todo el planeta había una sensación de que uno era amado, un sentido de bienestar perfecto. Todo era perfecto. Aquí y allá en medio de la exuberante hierba verde y de los estanques de agua cristalina y transparente había asientos de mármol y bancos de madera finamente pulida.

Por todas partes que veía, había niños que participaban en toda clase de actividades. Cada niño vestía una túnica nítida blanca y sandalias. Las vestiduras blancas eran tan brillantes que resplandecían con la magnífica luz del planeta. Una profusión de color por todas partes acentuaba la blancura de los trajes de los niños. Los ángeles eran los guardas de la entrada y los nombres de los niños estaban todos escritos en un libro.
Ví a los niños aprender la Palabra de Dios y música, la cual se les enseñaba con un libro dorado. Me sorprendí al ver animales de todo tipo acercárseles a los niños o sentarse junto a ellos mientras estaban en esta escuela angelical.

No había lágrimas ni sufrimiento. Todo era supremamente hermoso. El gozo y la felicidad estaban por todas partes.

Entonces, el ángel me mostró otro planeta que brillaba como una gran luz ante mí. La luz brillaba con el fulgor de un millón de estrellas y todo lo que había en el planeta era hermoso y estaba vivo. En la distancia vi dos montañas de oro puro, mientras que cerca de mí había dos puertas doradas, en las cuales había incrustados diamantes y otras piedras preciosas.
Sabía en mi corazón que ésta era la tierra nueva y que la ciudad que aparecía en todo su esplendor ante mí era la Nueva Jerusalén... la ciudad de Dios tal y como descenderá a la tierra.

DE NUEVO EN LA TIERRA

Con rapidez yo estaba de regreso mirando la tierra vieja, pero la tierra tal y como estará después de la gran tribulación, aunque antes de que los fuegos finales del Armagedón la limpien finalmente. En esta escena ví también a Jerusalén, la ciudad capital del milenio.

En mi visión, ví a personas venidas de cerca y de lejos que se dirigían a esa ciudad. Allí Jesús era Rey y todas las naciones de la tierra le llevaban regalos y le rendían homenaje. ¡No sólo era Él, de hecho, Rey, sino que también era reconocido como Rey de reyes!

Jesús me dio la interpretación de mi visión y me dio mayor claridad de lo que sucederá entonces:
Pronto Yo regresaré y me llevaré conmigo al cielo primero a los justos muertos. Luego, después de ellos, serán arrebatados para estar conmigo en el aire los que estén vivos y perma nezcan.

Después de eso, el anticristo reinará en la tierra por un tiempo señalado, y habrá tribulaciones tales como jamás las ha habido antes ni nunca las habrá otra vez.
Y entonces regresaré con mis santos y satanás será echado en el abismo, donde permanecerá mil años. Durante esos mil años reinaré en la tierra desde Jerusalén.
Cuando haya pasado el milenio, satanás será liberado por una temporada y lo derrotaré con el brillo de mi venida. La tierra vieja pasará.

He aquí que habrá una tierra nueva y una Nueva Jerusalén que descenderá en ella y rei naré para siempre.

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